domingo, 1 de noviembre de 2009

El número de hogares con todos sus miembros en paro se ha duplicado en sólo tres años

La provincia suma ya 46.500 familias a las que no les llega ninguna nómina

El fuerte deterioro que arrastra el mercado laboral español durante los dos últimos años ha disparado el número de hogares que tienen a todos sus miembros en paro. En el ámbito nacional, la última Encuesta de Población Activa (EPA) señala que ya hay la friolera de 1.136.500 familias en esta trágica situación. De ellas, 46.500 se encuentran repartidas por la provincia de Málaga, una cifra que duplica con creces a la registrada hace tan sólo tres años cuando aún no había estallado la crisis económica.

Para sindicatos y empresarios esta realidad creciente es una de las razones que está empujando a todos los integrantes de la unidad familiar a buscar trabajo a la desesperada. «Cuantas más personas lo intenten, más probabilidades hay de que alguna tenga un golpe de suerte y consiga firmar un contrato», resaltan desde una empresa de trabajo temporal.

Así las cosas, en muchos casos sucede que son las mujeres, que hasta ahora habían ejercido de amas de casa, las que logran una nómina, lo que obliga a sus parejas a ponerse al mando de las tareas domésticas Las tablas de la EPA así lo confirman. Entre 2006 y 2009 el número de hombres malagueños inactivos declarados amas de casa casi se ha multiplicado por dos, pasando de 8.900 a los 15.900 actuales. A Juan Antonio Sánchez, director general de Adecco en Andalucía, el dato no le sorprende. «Cada vez es más habitual que llamemos a un candidato y que niegue una oferta al alegar que está dedicado a la casa porque su mujer trabaja», explica este experto.

En el otro extremo de la moneda, los hogares en los que todos sus integrantes están ocupados han caído un 8,5% como consecuencia del deterioro económico de las 314.600 familias hasta las 288.00 actuales.

Fórmulas mixtas

Los núcleos mixtos, en los que residen parados y ocupados, han absorbido parte de ese descenso y casi han llegado a duplicarse en el citado periodo de 2006 a 2009, yendo de los 48.700 a los 87.800 que recoge la última encuesta de población activa.

Sobre los canales de búsqueda de empleo, la misma EPA analiza en uno de sus apartados las modalidades a las que más recurren los desempleados de las distintas provincias. En Málaga el 90% admite recurrir en primer lugar a su entorno más próximo, preguntando a amigos y familiares. El contacto con los empresarios es la segunda vía más repetida por el 85%, mientras que el 63% también admite acudir a las oficinas de empleo público para inscribirse y buscar ofertas.

La crisis empuja a 20.000 amas de casa al mercado laboral y retrasa la jubilación
Las dificultades económicas que asfixian a las familias
obligan a todos sus integrantes a buscar ingresos.

El volumen de trabajadores activos de más de 65 años casi se ha doblado

La crisis no sólo ha puesto patas arriba los mercados financieros internacionales. Sus garras también han transformado por completo la propia estructura familiar, en la que ya no hay sitio ni para las amas de casa ni para el descanso de los mayores. Como recuerdan los expertos, toca arrimar el hombro y multiplicar esfuerzos para inyectar ingresos en las escuálidas arcas domésticas; realidad que obliga a todos los miembros del hogar a probar suerte en el ruedo laboral.

Los datos son elocuentes. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) desde 2006, antesala del frenazo económico, hasta ahora casi 20.000 malagueñas que computaban como inactivas en el capítulo de amas de casa se han lanzado a la búsqueda de un empleo. De igual modo, en ese mismo periodo casi se ha duplicado el número de activos de más de 65 años, pasando de los 2.100 a los 3.700 contabilizados en la última oleada de la EPA en Málaga. Además, el colectivo de veteranos de más de 55 años es el único que ha sumado activos a sus filas en el último año, con un crecimiento de 11.300 personas, de 58.500 a 69.800.

Dramas humanos

Hasta aquí los números. El problema, como recuerdan al unísono sindicatos, empresarios y los propios colectivos afectados es que detrás de cada uno de ellos se esconden dramas humanos ligados a la crisis y al fuerte aumento del paro. Es lo que Francisco Aranda, presidente de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) denomina 'efecto del trabajador añadido'. «Se trata de personas que se incorporan a la búsqueda porque otro miembro del núcleo familiar ha perdido su empleo o simplemente por la mayor desconfianza e incertidumbre ante la posibilidad de que esa persona de referencia se quede sin él», destaca este experto al tiempo que explica que esta situación se da especialmente en mujeres y en mayores de 45 años.

Sobre los trabajadores en edad de jubilación, Aranda considera que el acusado aumento de los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro les puede estar empujando a prolongar su etapa profesional para asegurar el sustento económico.

Ambos fenómenos están calando en las oficinas de empleo temporal, que asisten atónitas a un espectacular aumento de candidatos de ambos perfiles. Juan Antonio Sánchez, director de Adecco en Andalucía, constata un repunte del 40% en el número de personas en edad avanzada que llaman a sus puertas. «Suelen ser mayores que tienen a sus hijos parados y necesitan dinero para afrontar las cargas familiares», dice. En el caso de las amas de casa, cifra el incremento de la demanda en un cien por cien y destaca que en zonas costeras como Torremolinos ha llegado a triplicarse. «El perfil coincide con una mujer de entre 40 y 55 años que ya ha criado a sus hijos, tiene a su marido en paro y busca trabajo en el sector servicios, como limpiadora o camarera de pisos, para lo que suele necesitar reciclaje», dice.

Baja cualificación

María Huelin, vicepresidenta de la Asociación de Amas de Casa Al-Andalus, también confirma esta tendencia que, como recalca, va en aumento. «El problema es que estas mujeres que están intentando reincorporarse al mercado laboral tienen una cualificación baja y, por tanto, sólo pueden acceder en su mayoría a empleos precarios», apunta.

La tesorera de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Capuchinos, Mercedes Villoslada, culpa al deterioro de la economía y al sistema de pensiones de la permanencia de los mayores de 65 en sus puestos de trabajo. «La vida está muy cara y con la paga no nos llega ni para la segunda semana del mes, así que no me extraña que todo el que pueda seguir trabajando lo haga». Un fenómeno que la secretaria de empleo de UGT, Auxiliadora Jiménez, tacha de retroceso. «El derecho a la jubilación es una conquista social. Es una pena que por ser las prestaciones insuficientes los trabajadores tengan que renunciar al descanso», critica.
En los mismo términos se expresa el vicepresidente de la Confederación de Empresarios, Javier González de Lara, quien subraya que ambos cambios sociales son «preocupantes» y destaca la unión y capacidad de adaptación de las familias malagueñas ante la crisis.

http://www.diariosur.es/20091101/malaga/numero-hogares-todos-miembros-20091101.html

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